lunes, 10 de mayo de 2010

Aída Molinés y Enrique Navarro estafan a la familia




La señora María González Villegas, tuvo una hija antes de casarse con don Pedro Silva Palma. La hija se llama Aída Arriaza González.


El matrimonio Silva González tuvo otros hijos y eran felices en su casa de calle Fresia en Huechún Bajo y los criaron a todos con mucho amor.


Aída Arriaza tuvo una hija a la que llamó Aída y sus apellidos son Molinés Arriaza.


Aída quería mucho a su abuelo y un día se casó con Enrique Navarro (en la foto) con fama de explotador y vividor.

La familia le hizo mucho empeño para meterla a Aída a la Policía de Investigaciones y ella comenzó a visitar más seguido a sus abuelos. El marido le pidió a su esposa Aída que le comprara un pedazo de terreno para contruir una casa por que a el le molestaba vivir en la ciudad. Aída convenció a sus abuelos que les vendiera un pedazo de tierra al lado del tranque, en la parcela 31 de don Pedro Silva. El abuelo, por el cariño que le tenía a la nieta le vendió casi una hectárea, por la que le cobró muy poco y pagaron una suma baja de pie.


Navarro le dijo a su mujer que para que iban a pagar el resto si los viejos se iban a morir y Aída Arriaza mamá de Aída Molinés heredaría parte de la parcela y ahí se quedaban con la tierra gratis.


El abuelo Pedro discutió muchas veces con su nieta y su esposo por el pago que no le querían hacer y se reían de él y lo humillaban.


Se construyeron una casa en el pedazo de tierra y abrieron una acequia desde el tranque para regar el pasto.


Para el terremoto de 1985, se cayó la casa de don Pedro y no tenían como arreglarla. Don Pedro se vio obligado a vender otro pedazo de tierra al abogado Jorge Drago de Santiago y le vendió 4 hectáreas y con esa plata pudo arreglar su casa.


El matrimonio Navarro Molinés lo seguían tratando mal y seguían riéndose del abuelo.


De ver tanta maldad, el abuelo se murió de pena. Lo mismo la señora María porque los dos eran muy ancianos.


Hasta el día de hoy, nunca pagaron la parcela y la familia les puso una demanda en el juzgado de Correa en vez de ponerla en el del crimen porque esta maniobra se trata de una estafa. Por la demanda, Navarro y Molinés salieron de Huechún pero siguen siendo dueños del terreno.


El abogado Drago al ver que la acequia que cruzaba su parcela no estaba en los planos, la tapó y dejo al matrimonio sin agua para regar el pasto.


Como no pudieron contra el abogado, buscaron un camino más fácil. A partir del cierre de la acequia Navarro jefe de la Municipalidad de Melipilla a cargo de todos los camiones de la municipalidad, comenzó a mandar dos veces por semana, un camión aljibe llenos de agua para regar el pasto de la parcela.


El alcalde Gebauer sabe de este tema pero no hace caso, igual que está informado por la policía de la situación de Molinés pero es difícil que tome una decisión porque es normal verlo llegar a la casa de sus compadres a tomar once en la Villa Galilea donde viven ahora y han compartido en la misma parcela asados con carnes robadas que los cuatreros protegidos por la ex detective le hacían llegar mensualmente.


Gebauer no ha sido capaz de llamar a los choferes municipales y exigirles la verdad en el mal uso de las camionetas de seguridad ni del robo del agua potable para regar el pasto pero los choferes están bajo amenaza si hablan.


Navarro que ser una abeja que pasaba todo el día tocando guitarra bajo un árbol en Huechún y de ser la nana a cargo de los niños y los quehaceres domésticos de la casa cuando su esposa debía concurrir al cuartel de investigaciones pasó a ser un poderoso jefe de la municipalidad y ahora está encargado junto con Alfredo Bruna de empadronar y controlar a los dirigentes vecinales y deportivos para mantenerse en la alcaldía.


El blog está a la espera de la querella anunciada por el alcalde, de la orden de investigación al cibercrimen y de lo que diga el departamento quinto para que se acabe la mentira.